Si desde un paradigma sociocultural el aprendizaje es
conceptualizado como la apropiación y dominio de herramientas culturales
valoradas de manera histórica por los miembros de una comunidad de práctica, ¿de qué manera la utilización de un
paradigma sociocultural ayuda al diseño de actividades pedagógicas mediadas por
tecnología digital, así como a la evaluación de dichas actividades y de las
políticas institucionales y educativas que las sustentan?
Si se realiza una breve revisión a los paradigmas que
durante el siglo XX y XXI median la definición de aprendizaje, es evidente el
cambio que estos determinan en las prácticas educativas. El paradigma sociocultural de Vigotsky, cuyo
desarrollo esta enmarcado en la Rusia de la primera mitad del siglo XX, incluirá
en el panorama existente de estimulo respuesta a la participación social, las
herramientas culturales y el lenguaje (Fernández-Cárdenas, 2009) como elementos
fundamentales para el desarrollo de procesos cognoscitivos superiores, dotando
el proceso de cualidades sociales que bien pueden desarrollarse fuera del
laboratorio y que competen a los escenarios sociales y educativos.
Con la introducción de la teoría sociocultural el lenguaje
toma especial relevancia, al estar dotada de ideología y poder dentro de las prácticas
sociales constituyendo un modelo ideológico (Fernández-Cárdenas, 2009b), que la escuela como escenario social puede
aprovechar para la conformación de comunidades de aprendizaje mas eficientes y socialmente
responsables.
El panorama que brinda esta teoría sumado al auge de las
nuevas tecnologías completan el panorama educativo para millones de instituciones
educativas que pretenden estar abantes con el cambio tecnológico, ofreciendo a
sus estudiantes las herramientas necesarias para ser competentes en un contexto
de circulación de la información y conocimiento, donde la labor de simple
consumidor relegada al pasado y a otros medios de comunicación mas
unidireccionales, frente al papel de productor de conocimiento que exige el
nuevo contexto.
Es entonces Internet una producción cultural (Castells ,
2002)que encaja perfectamente en el paradigma sociocultural, y que entrara a
definir roles, herramientas y procesos educativos, y porque no comunidades de
practica (Muñoz Sheridan, 2008),
completando así el nuevo panorama del aprendizaje sociocultural. Muy seguramente Vigotsky tendría sus reparos
frente a este aumentado panorama, pero al ser nuevas y más complejas las necesidades
sociales, tal vez entendería que existen nuevos lenguajes, nuevas herramientas
que están en interacción en un contexto de comunicaciones sincrónicas y asincrónicas,
donde nuevas tecnologías son herramientas para la construcción de conocimiento.
Este nuevo escenario educativo en donde maestros,
instituciones, estudiantes y políticas gubernamentales deben entrar en
articulación no estará exento de detractores que pensaran que con el uso de tecnología
correrá riesgo la antiquísima labor educativa concebida en medio de maquinas y
vapor, corriendo un riesgo enorme la sagrada función de educar encomendada al
maestro como único poseedor de la verdad y de las estrategias para propiciar el
conocimiento. Pero con mas los
beneficios (McKinney, Dyck, & Luber, 2009) que los riesgos que corren las
instituciones y el sistema educativo en general al incorporar dentro de un
paradigma sociocultural las nuevas tecnologías, tanto maestros como estudiantes
asumirán nuevos roles, mas participativos y en directa relación con el contexto
que afrontan, tendrán a la mano mas y mejores herramientas para el desarrollo
de aprendizajes mas significativos.
Al transformarse el rol tradicional de maestros y
estudiantes, el rol de directivas y entes gubernamentales también se deberá transformar,
no para desaparecer, aunque algunos entes inoperantes deberían, sino para estar
mas acordes con la nueva dinámica, pues no es posible que las instituciones se
mantengan bajo políticas educativas que desconocen el papel relevante de las tecnologías
en el mejoramiento de procesos y del aumento de la calidad, de la mano del necesario
aumento de recursos económicos, pues la integración de la tecnología necesitara
indudablemente la inversión en equipamiento básico, no seria posible incluir a
la tecnología con el mero recurso de la tiza y el tablero.
La tecnología dentro
del paradigma sociocultural articulara el diseño de actividades como mediador
cultural, en un contexto enriquecido e interconectado, donde la participación de
los actores educativos puede ser más fluida, la evolución de dichas actividades
girara en torno al nivel de interacción
con el contexto y la transformación del mismo por parte de jóvenes noveles
sociales que tomaran las riendas de la construcción histórica de significados e
identidad en comunidades mas duraderas en el tiempo y el espacio, cuyos lazos
no estarán dados por la obligación de una respuesta cuantitativa, sino por el
bien común.
Referencias
Fernández-Cárdenas, J. M. (2009). Las tecnologías de la
información y la comunicación desde la perspectiva de la psicología de la
educación. En J. Arévalo-Zamudio & G. Rodríguez-Blanco (Eds.), Educación y Tecnología. Reflexiones y experiencias en torno
a las TIC. México, D. F.: Secretaría de Educación Pública/Dirección
General de Materiales Educativos.
Fernández-Cárdenas, J. M. (2009b). Lengua escrita y
tecnologías de la información y la comunicación: Una perspectiva sociocultural.
Aprendiendo a escribir juntos:
Multimodalidad, conocimiento y discurso. Monterrey: Comité Regional Norte
de Cooperación con la UNESCO / Universidad Autónoma de Nuevo León.
Castells, M. (2002). La dimensión cultural de Internet.
Andalucía Educativa, (56), 7–10.
Muñoz Sheridan, A. (2008). Factores implicados en la
conformación de redes escolares con el soporte de un portal educativo: Un
enfoque de comunidades de práctica docente. En J. M. Fernández-Cárdenas, &
C. Carrión-Carranza, Escenarios virtuales y
comunidades de práctica. La participación docente en la Red de Escuelas
Asociadas a la UNESCO (págs. 95-115). Monterrey: Comité Regional Norte
de Cooperación con la UNESCO.
McKinney,
D., Dyck, J. L., & Luber, E. S. (2009). iTunes University and the
classroom: Can podcasts replace Professors? Computers
& Education, 52(3), 617–623. doi:10.1016/j.compedu.2008.11.004.
1 comentarios:
¡Excelente! Concuerdo contigo en que para lograr una verdadera participación social es necesario involucrar a todos los actores, como son alumnos, maestros, instituciones y agregaría que en algunos casos, a los padres de familia también.
Calificación 10/10
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